La educación y la instrucción masónica siempre serán fundamentales en nuestra orden.
El término de educación
proviene etimológicamente del latín “Educatio” que en ese idioma significaba
enseñanza o acción y el efecto de desarrollar las facultades intelectuales y morales,
y que en nuestro idioma quiere decir o indica la formación destinada a
desarrollar la capacidad intelectual y moral y afectiva de las personas de
acuerdo con la cultura y los valores de la sociedad a la cual se pertenece.
El término instrucción proviene del latín “Instructio” que
significa acción y efecto de enseñar, siendo sus componentes léxicos el prefijo
“In” que significa hacia adentro, “Struere” que significa unir o juntar, más el
sufijo “Cion” qué significa acción y efecto, y que en nuestro idioma quiere
decir que instrucción es el caudal de conocimientos que se adquieren, y así mismo también se denomina instrucción al
conjunto de enseñanzas y de datos
impartidos de una persona a otra mediante un sistema de enseñanza aprendizaje.
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Taneli Lahtinen on Unsplash |
Como nos es conocido por todos los iniciados en la orden
masónica, que nuestra institución es en sí una escuela iniciática, a la que
también podríamos llamar como escuela del pensamiento y en ella se trabaja
esencialmente por el fomentar y potencializar el crecimiento espiritual de los
hermanos masones, para que así puedan en el tiempo cumplir con el propósito
fundamental de la masonería, el cual se encuentra claramente establecido en
nuestro ritual del aprendiz masón, en el aparte cuándo se pregunta ¿Qué has
venido a hacer aquí ¿ y la respuesta es sencillamente contundente, “He
venido aquí a dominar mis pasiones y a instruirme en masonería”.
Es por todo lo escrito anteriormente, por qué consideró
fundamental que el iniciado en nuestra orden, en forma permanente se esté
instruyendo en masonería, para lo cual sencillamente debe propender por la
búsqueda intelectual de la luz, de la
verdad y de la sabiduría, ya que ellas le permitirán el llegar a entender y
comprender los fines esenciales y sublimes de la orden masónica, que son los
que nos permiten nuestro crecimiento personal y nuestro progreso en la orden,
avanzando en el proceso interminable del perfeccionamiento interior, el cual
nos conllevará irreversiblemente a ser cada día más unos mejores seres humanos
.
Otro aspecto de importancia de la educación y de la
instrucción masónica, es que estas nos permiten el saber utilizar las
herramientas simbólicas que se nos entregan como iniciados, para la
autoconstrucción de nuestro templo interior,
y ya que por intermedio de ellas
y su correcta utilización, se nos facilita el poner en práctica tanto las
virtudes como los principios masónicos, para que interactuemos en la mejor
forma con nuestros hermanos masones y con los nuestros congéneres, para que la
convivencia en este mundo fenomenal y en especial en las logias sea lo mejor de
lo mejor y permita que con unas perfectas relaciones entendidas en el respeto a
todas las ideas, el poder emprender proyectos de vida masónicos o profanos con
la certeza absoluta de que llegaran a un buen puerto, porque han sido
concebidos positiva y armoniosamente en pro del bien común.
Con relación al tema de este escrito, durante toda mi
singladura en la orden, siempre he considerado que en todo trabajo masónico sin
importar el grado, es el que además de cumplir con rigor el ritual, incluyendo
las situaciones administrativas que sean necesarias abordar para el correcto funcionamiento del taller,
siempre debería disponerse de un espacio absolutamente prudencial de tiempo
para que los maestros masones del taller, siempre impartan la instrucción
masónica que consideren conveniente .
Si en todos nuestros talleres hacemos el esfuerzo y
cumplimos con el propósito de que la educación y la instrucción masónica sea
fundamental, eso hará sin lugar a dudas que los hermanos se motiven aún más por
la orden, por pertenecer a ella, por
comprender y entender aún mejor toda su simbología y filosofía para sí una vez
estemos en posesión de ellas, el poder vivir en absoluta armonía con nuestros
hermanos masones y con nuestra comunidad, ya que tanto la educación como la instrucción masónicas son en esencia
lecciones de vida y de cómo hacer las cosas bien, de cómo ser mejores personas,
de cómo ser tolerantes, de cómo hacer justos, de cómo ser filántropos y de cómo
ser solidarios para el bien de la humanidad.
Finalmente como conclusión os digo que considero que para
mí, tanto la educación como la
instrucción masónica son las actividades académicas que nos ilustran
intelectual y veladamente en el camino a seguir, por medio del simbolismo
constructivo y de la filosofía masónica, para que podamos cada uno de nosotros
como masones, dar los pasos para que en
forma independiente, construyamos nuestro propio camino y posteriormente
avanzar a nuestro propio ritmo en él, ya que nuestra educación e instrucción
masónica que están basadas esencialmente en el autodescubrimiento personal y en
la autoformación, nos permiten ellas el
comprender las sublimes enseñanzas esotéricas que solamente pueden ser
asimiladas por quienes tenemos la capacidad para hacerlo.
La masonería es la demostración de que el ser humano si lo
quiere, puede transformarse a sí mismo en un ser especial y extraordinario y
que nunca será esclavo de las circunstancias de la vida terrenal.