El concepto de fraternidad se incorpora a la orden masónica en las constituciones de Anderson de 1723, en las cuales se determina que el amor fraternal es el fundamento y la piedra maestra de la masonería.
Una de las más notables nociones de Fraternidad la encontramos en un escrito de autoría del poeta “Edwin Markham”, que podemos encontrar transcrito en el libro “los Arquitectos” del autor Joseph Fort Newton”, el cual dice así: “ La fraternidad es la estrella guía de la vida; porque ella hará renacer de nuevo en la tierra su poesía, su júbilo, hace ya tanto tiempos perdidos. Ella ungirá con una luz nueva todos los rostros, desarrollando un majestuoso vigor en la raza. Y hasta que esto suceda, todos seremos viajeros hacia el polvo de las estrellas. Dejad el paso libre, que la ceguera de los credos y de los reyes ha pasado ya. Apartad del camino las ramas muertas, que vuestra esperanza esta puesta en los héroes que siguen a su estrella para construir el mundo de nuevo, que los siglos pasan para que se deje paso libre a la Fraternidad. ¡Paso al hombre!”.
La anterior acepción de fraternidad nos determina la grandeza de ella, en especial porque es considerada como la amalgama espiritual que puede realmente unir a los hombres, que facilita la vida en esta tierra, y por lo tanto a que la existencia sea más justa para todos los seres humanos, ya que la fraternidad en sí misma es determinante para que la sociedad como tal exista, y para que la equidad entre los hombres sea real.
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