La institución masónica una organización humana que propende por la grandeza del alma
El término de grandeza etimológicamente proviene del latín “Grandis” que significa grande y del sufijo “Eza” que indica cualidad, propiedad física, o característica de moral o de virtud. Así mismo de acuerdo con varios diccionarios se puede concluir que también grandeza es un sustantivo que se refiere al tamaño o dimensión excesivo o desmesurado de algo respecto a otra cosa del mismo género o especie. En España la grandeza es definida como esplendor, majestad, realeza, dignidad, señorío, magnificencia, poder, solemnidad, pujanza, supremacía y a la elevación del alma y del espíritu.
La grandeza de la orden masónica no está en la espectacularidad de sus edificaciones y construcciones físicas, ni en sus capacidades económicas, ni en las más esplendorosas y extraordinarias celebraciones, sino en la magnanimidad y la nobleza del alma de los hermanos masones que la conforman, concepción que puede comprenderse esencialmente por ser la masonería una institución que tiene sus bases fundamentales en las tradiciones milenarias de las primeras escuelas iniciáticas, que se soportaban esotéricamente en los antiguos misterios, en la sabiduría ancestral y en las enseñanzas de las grandes civilizaciones de todas las épocas, cuyas lecciones de vida y de altruismo fueron absorbidas y apropiadas por la orden masónica.